Con la ayuda de dos bastones y una sola pierna, el exdeportista paraolímpico llegó al crater del volcán Ojos del Salado, el más alto del mundo. Ahora va por su travesía final, el Aconcagua.

Gracias a que subieron con un teléfono satelital, a las 14:45 horas del martes 10 de diciembre Julio Soto y su acompañante, Alejandro Calvo, lograron la primera conexión con la civilización para avisar a Santiago de Chile que habían logrado la cumbre del Ojos del Salado.

“Hicimos cumbre hoy martes 10 de diciembre de 2024. Un hito histórico. Cuando son las 14:45 horas logramos bajar a una zona con algo de conectividad. Acá está muy helado, calculamos unos menos 15 grados. Llegamos todos bien. Sanos y salvos, pero muy agotados. Descansamos dos horas y ahora comenzaremos el retorno a casa”, contó Calvo poco menos de dos horas de llegar a la cima del volcán más alto del mundo, a través de un teléfono satelital.

La operación “Ojos del Salado” diez días antes, cuando Julio Soto y Alejandro Calvo viajaron hasta Copiapó, para luego internarse hacia la cordillera. La travesía consideraba día de preparación y de aclimatación previa, clave para lograr el objetivo.

Al respecto, Julio Soto complementa: “Hasta el momento ha sido el ascenso más dificil, no por lo técnico, sino para la altitud”.

Sobre este nuevo logro de su aventura “Montaña sin Límites”, Julio Soto reflexiona: “Me sentí muy cansado, producto de la altura. Salimos caminando a la una de la mañana y alcanzamos el crater diez horas después. Llegamos al crater con mucha fatiga y afectados por la altitud, pero muy contentos de lograr este nuevo paso”.

La travesía de Julio y Alejandro no termina acá. Esta eso una etapa más de la travesía bautizada como “Montaña sin Límites”. Pero una de las más importantes, ya que solo resta la última: el Aconcagua (6960 mts), su meta final y la cumbre más alta de América.

Finalizado todo este proyecto se realizará un documental, el que estará a cargo el director Vicente Fernández, quien lo ha acompañado en distintas etapas del proceso.

En esta ascensión, Julio Soto y Alejandro Calvo fueron logísticamente apoyados por la Escuela de Montaña del Ejercito de Chile.

Julio Solo, que a los nueve perdió su pierna derecha producto de un cáncer, representó a Chile en en ski en los juegos paralímpicos de Corea del Sur y se retiró en 2019. Actualmente trabaja como traumatologo y también da charlas motivacionales.

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