Antes de subir fotos de tus hijos: riesgos reales y cómo cuidarlos
Cada vez es más común que adultos compartan imágenes de sus hijos en redes sociales, un fenómeno conocido como sharenting. Si bien hacerlo puede parecer inofensivo, múltiples voces expertas advierten que conlleva riesgos reales que van más allá de la exposición digital.
Uno de los principales peligros está en la acumulación de datos personales desde la infancia. Cada foto —y los textos o etiquetas que la acompañan— puede revelar información sobre el colegio, casa, rutina diaria o gustos. Estos detalles permiten ubicar al menor y alimentar perfiles que terceros pueden usar con fines comerciales o maliciosos.
Otro riesgo señalado es el contacto indebido o la reutilización inapropiada de las imágenes. Fotografías que incluyen identificadores como nombre, uniforme, ubicación o curso escolar pueden facilitar su uso indebido: burlas, suplantaciones o incluso propaganda sin consentimiento.
Más aún, expertos alertan sobre los deepfakes y contenidos manipulados por inteligencia artificial. Fotos inocentes pueden transformarse en material falso explícito o con contenido sexual por quienes busquen explotarlos. Esta amenaza está creciendo según reportes recientes.
Desde el bienestar psicológico, publicar sin considerar el consentimiento puede afectar la autoestima de los niños. Muchos sienten molestia o vergüenza si su vida personal es mostrada sin su participación. Además, generar reglas familiares para definir qué compartir y cuándo ayuda a proteger la confianza entre padres e hijos.