Con el inicio del invierno y la temporada de lluvias, la población desplazada enfrenta riesgos significativos debido al hacinamiento en refugios y la escasez de agua y saneamiento.
Datos de salud indican cifras alarmantes desde mediados de octubre, incluyendo 71,224 casos de infecciones respiratorias agudas, 44,202 casos de diarrea, 808 casos de varicela y más de 14,195 erupciones cutáneas, además de sarna y piojos.
La falta de combustible, agua, alimentos y suministros médicos dificulta la capacidad de respuesta de hospitales e instalaciones de salud, según advierte Richard Peeperkorn, representante de la OMS en los territorios palestinos ocupados, desde Ginebra.