Desde el inicio de la campaña de vacunación en 2021, más de 3.6 millones de dosis contra el COVID-19 han sido desechadas en Chile debido a su caducidad, según informa La Tercera. La distribución de las pérdidas abarca 136,532 dosis en 2021, 1,695,284 en 2022 y 1,771,155 en 2023.
María Paz Bertoglia, jefa del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), explicó que este vencimiento masivo se atribuye a la adaptación constante del esquema de inmunización a medida que surgían nuevas variantes del virus. “Chile hizo un tremendo esfuerzo para contar con vacunas actualizadas, es decir, nosotros no nos quedamos esperando que las vacunas tuvieran un efecto sin tenerlo y adquirimos las recomendadas para combatir mejor las variantes nuevas. Y eso nos explica en gran parte las mermas por vencimiento de los años 2022 y 2023”, indicó.
En octubre de 2022, el Ministerio de Salud inició un nuevo proceso de inoculación con la dosis bivalente, que abarcaba tanto la cepa original de Wuhan como la Ómicron, permitiendo mantener a la población protegida ante nuevas variantes.
A pesar de la explicación proporcionada por el Minsal, algunos expertos en salud argumentan que el vencimiento de las vacunas refleja problemas en la estrategia de incentivo a la población para recibir las dosis. María Luz Endeiza, jefa del vacunatorio de Clínica Universidad de los Andes y miembro del Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones (Cavei), señaló: “Las vacunas COVID-19 se compraron en su momento calculando a la población objetivo. Entonces, si se tuvieron que mermar tantas vacunas es porque no se llegaron a administrar las que estaban planeadas y ahí hay que revisar si hubo un problema de comunicación”.
El ex ministro de Salud, Enrique Paris, destacó que “la mayor merma o pérdida de vacunas se ha producido en los últimos dos años con casi 3.5 millones de dosis que no fueron utilizadas para vacunar a la población”. Este dato plantea interrogantes sobre la eficacia de las estrategias de comunicación y distribución de las vacunas en Chile, y la necesidad de revisar los procesos para evitar desperdicios en el futuro.